miércoles, 11 de mayo de 2016

Soberano era un brandy



Por lo general todos los partidismos suelen ejercer la tendencia de barrer para casa, a la par que posicionarse alejados de una cierta objetividad. Y no es en lo referente al deseo de independencia de determinados catalanes adonde encontraremos la excepción que confirmaría esta regla.

Confieso no entender tal aspiración, y no la entiendo por numerosas cuestiones, algunas de las cuales enumero, intentando no recurrir a las más manidas...

1 -. Como enamorado de la historia, de la buena historia, de la historia objetiva que se escribe con mayúsculas, no encuentro ningún motivo que justifique el que Catalunya deba seguir un camino distinto al de los demás españolitos.

2 - Desde el punto de vista de la justicia: creo que ambas partes se beneficiaron de haber pertenecido a un todo, y que ninguna robó a la otra más de lo que sus dirigentes alcanzaron a sustraer a sus propios súbditos a lo largo de años, décadas, o quizá de centurias...

3 - Desde el prisma del Derecho a la Autodeterminación me preguntaría adónde habríamos de situar el límite: porque si afirmamos que los catalanes pueden autoproclamarse soberanos, habríamos también de admitir que los ciudadanos de cada pueblo, barrio, calle o comunidad de vecinos podrían tener el mismo derecho a decidir ir por libre, con lo que nos acercaríamos a la estética de ser lo más parecido al coño de la Bernarda.

Aún admitiendo que son muchos, en mi paso por Catalunya observé cierta tendencia de los independentistas a colocar una bandera en cada una de las ventanas que de su vivienda daban al exterior, de manera que si se veían 3 o 4 banderas en un edificio, algunas no pocas veces pertenecían al mismo piso o vecino...  A esto y a otras cosas me refería cuando hablaba del "barrer para casa"... Pero no sé si coincidirán ustedes conmigo en que a éste, el independentista de la foto (justo aquí iría un enorme emoticono de sonrisa...)... se le vió el plumero al pasarse tres pueblos... 


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