lunes, 6 de junio de 2016

Una publicidad de muerte



El Père Lachaise, hoy uno de los más conocidos del mundo, abrió sus puertas con una primera inhumación, el 21 de mayo de 1804: la de una niña que apenas contaba con cinco años. Sin embargo este cementerio, inicialmente y por su ubicación, por estar retirado del centro de la ciudad, no sería bien aceptado... Pasados unos años desde su apertura, apenas unas docenas de familias habían accedido a enterrar allí a sus difuntos.

No obstante, razones de salubridad hacían necesaria la salida de los cementerios de las ciudades, por lo que se hizo necesario un golpe de efecto en razón del cual los supuestos restos de Molière y de La Fontaine fueron trasladados allí, junto con los de otras personalidades y con el lógico boato ceremonial, proporcional a la importancia de los homenajeados.

Dije supuestos, porque efectivamente: ni aún hoy, nunca se tuvo la certeza de la pertenencia de los restos óseos que allí se trasladaron, de manera que más que tumbas, las allí expuestas serían los cenotafios de Molière y de La Fontaine.

Aún así, tal y como se pretendía, el gesto impactó lo suficiente a una élite parisina que acabó otorgando su beneplácito al camposanto: en los años siguientes se venderían miles de concesiones, tantas que pronto justificaron una de sus varias ampliaciones.

Sin duda un final "de fábula" para La Fontaine, y a la altura de la satírica ironía de Molière, un enfermo al que sus médicos consideraban hipocondríaco, que murió en el escenario, entre los aplausos de su audiencia, mientras interpretaba el papel de un hombre sano que sufría de hipocondría (Le Malade Imaginaire).

En aquél entonces los cómicos no podían recibir cristiana sepultura (desde el siglo IV eran excomulgados de facto, por la Iglesia)... Por otra parte, al fallecer sin pre-aviso y en tan inesperadas circunstancias, no tuvo tiempo de firmar su renuncia al oficio de comediante, tal y como solía hacerse antaño... Molière pudo ser enterrado finalmente en el cementerio de San Josepha través de la intercesión de Louis XIVaunque hubo de ser desde la discreción, sin fasto y con nocturnidad... 
Le trépas vient tout guérir
Mais ne bougeons d'où nous sommes:
Plutôt souffrir que mourir,
C'est la devise des hommes.
(La Fontaine - La mort et le bûcheron)

La incertidumbre respecto de la autenticidad de los restos de La Fontaine se debió a errores de Registro, y a lo poco afortunada que resultó ser la pista que nos dejó el Abad: "... Fué inhumado en el mismo lugar en el que lo fue Molière 22 años antes...".


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