domingo, 25 de febrero de 2018

Area reservada



Impresionante la visita a Estambul, ciudad de cuya corona destacan no pocas joyas. La que hoy nos ocupa es una de las mezquitas más bellas del mundo, la que se dió en llamar Azul, o simplemente Sultan Ahmed, en un intento de rendido homenaje al soberano que ordenó su construcción a principios del siglo XVII.

Del paseo por su interior destacaría la magnificencia de sus dimensiones aunque, en justicia, en momentos de máxima reivindicación de derechos por parte del género femenino (por temas como la brecha salarial, el acoso, etc), puede que lo que más distrajese acaparando mi atención fuese la normativa a la que han de someterse las mujeres, sean autóctonas o advenedizas.


Se exige y alquila indumentaria que cubra toda manifestación de feminidad, al tiempo que habrán de pasar a una habitación tabicada por celosías, en la que se destaca la segregación: "Women's Praying Area" (Zona de Oración para mujeres).

En fin, se trata de respetar esta confesión, aunque cueste entenderla.



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